martes, 12 de octubre de 2010

Madame Bovary – Gustave Flaubert


ED. Proa // 570 pág.

Gustave Flaubert fue el icono del naturalismo junto a Charles Baudelaire en la Francia más intelectual y experimental literariamente hablando que nunca haya existido. Autores como Zola, Georges Sand, Dauded, Turgenev, Maupassant… la lista es interminable. Flaubert empleó 56 meses en escribir esta novela. Tras su publicación las autoridades iniciaron trámites para la prohibición del texto puesto que “atentaba contra la moralidad”. Afortunadamente las quejas no prosperaron y en 1857 fue publicada.

En este ciclo que dedicamos a las mujeres, Madame Bovary se lleva el Óscar a la mejor novela femenina que nunca haya leído (incluido Mujeres de Bukowski). Al tiempo que Ana Karenina abandona a un hombre que no ama por otro que sí ama aunque este no le corresponda a ella conllevando con esa decisión una perdida de reputación, fama y posición, Madame Bovary abandonaría a su marido por el primero que pasase y le garantizase precisamente lo que a Karenina le repulsa; reputación, fama y posición.

Se trata de una novela soñadora, donde la vida se convierte en un constante esperar algo mejor, lleno de ensoñaciones de vidas ostentosas y bailes de victoria. Enamoradiza como una adolescente, se lanzará sobre los pies de muchos hombres que la rechazarán por obsesiva o poco discreta. Al fin León sucumbirá a sus encantos, caerá a sus pies y vivirán un tórrido romance que también lo terminara él. Madame Bovary es la imagen de la mujer desgraciada, tremendamente derrochadora, que terminará viviendo por encima de sus posibilidades, cuidando de una hija que se ha negado a criar y con un marido al que se ha negado a querer. Ahogada por las deudas y con un corazón malherido deberá hacer LO que hay que hacer para sobrevivir.

Madame Bovary merece todo lo que le sucede, merece todo el daño que sufre porqué hubo un día que ella inflingió mucho más, merece esa soledad, ese abatimiento… Pero aún así, aunque lo merezca… es triste verla sufrir.

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