lunes, 26 de abril de 2010

Gasolina – Quim Monzó


ED. Anagrama Compactos nº485//184 páginas

Quim Monzó es uno de los grandes de la novela catalana y española. Con un estilo muy definido, una prosa ácida y rápida, un vocabulario y una profundidad léxica sin igual, sus relatos, historias o novelas son siempre divertidas, reflexivas y sobretodo claras, muy claras. Su trabajo de corrección y ortografía es tan profundo que repasa sus textos una y otra vez eliminando las palabras sobrantes y dejando un texto en forma de esqueleto donde no hay ninguna palabra de más.

Gasolina es genial desde el punto de vista artístico. El libro está separado en dos capítulos; el primero habla sobre Heribert, un pintor de éxito que despierta un primero de enero y siente que la perspectiva de la vida que tenía se ha deshecho, ya no ve la vida como la veía, sus ojos ya no se abren a la perspectiva de un mundo en el que veía motivos para crear en todos los lugares. Asistimos a la desartización de un artista, a la desaparición de un alma brillante en un cuerpo mediocre. El segundo capítulo amanece con otro pintor, más joven y talentoso, productivo y lleno de energía, cuya vida se divide en dos libretas que siempre lleva encima, en una apunta las cosas que serán convertidas en obra de arte al instante y en la otra las que habría que darle una vuelta para que también llegaran a serlo. Aquí podríamos decir que asistimos a una artistación del artista. Y como eje, como nexo, como enganche, como forma de unir ambas historias, como no podía ser de otra forma, una mujer. Una para dos. Dos para una. Inviable. Ellas siempre escogen… ¿porqué será?

Albert Fabregat

lunes, 19 de abril de 2010

Kafka en la orilla – Haruki Murakami


ED. Tusquets – Colección Andanzas 590 páginas

Haruki Murakami es, extrañamente, uno de mis escritores favoritos. Y digo extrañamente porque la mayoría de los autores que me gustan están muertos. Las vivencias de su vida se reflejan de forma muy clara en sus obras, pero no solo sus vivencias, también sus influencias, sus hobbies y por supuesto, la cultura japonesa. Hijo de monje budista y madre profesora de literatura, su primer trabajo fue en una tienda de discos (¿alguien a dicho Nick Hornby?) para más tarde abrir un local de jazz propio. Compaginando sus dos mayores amores, literatura y música, obtuvo el éxito por Norwegian Wood (traducido como Tokio Blues en España). Los músicos más experimentados habrán descubierto ya que Norwegian Wood es un tema de los Beatles.

Pero el éxito real, el que lo ha convertido en un gurú de los jóvenes japoneses y de todos los jóvenes occidentales en general, le vino con esta novela, Kafka en la orilla. Kafka Tamura es un joven de quince años que inicia un viaje yendo lejos de su hogar, abandona el pueblo para tratar de encontrar su camino. Chico sincero, luchador, guapo, amante de la literatura y la música, lo acompañamos en su viaje iniciático, el viaje en el que tiene depositadas muchas esperanzas. Paralelamente Nakata inicia también el que será su último gran viaje. Deliciosa confluencia de historias, enmarcada en la seriedad y respeto propios de la cultura nipona, en un escenario museístico, donde el amor, el sexo, la muerte y los sueños se entremezclaran sin darnos siquiera la oportunidad de diferenciar entre ellos, mientras una sensación de que nos observan se apodera de nosotros.

Murakami ha sido etiquetado como escritor de toques pop, cultura occidental y mucho surrealismo, todo visto con ojos rasgados. Prepárate para entrar en un mundo de sentidos, de gatos, de conversaciones trascendentales y sobretodo mucho feminismo. No existe escritor vivo más versado en la psicología femenina, en sus razonamientos y en sus miedos. Leer sus novelas es como adentrarse en un corazón de mujer, algo que podéis utilizar mientras encontráis vuestro corazón real en el que adentraros. Tranquilos, todo llega. Pero sabed algo; todos escondemos algo.

Albert Fabregat

martes, 13 de abril de 2010

Una mujer va al médico – Ray Kluun [Mi Libro del año 2008]


ED. Emecé 312pág.

Ray Kluun es una persona real como nosotros, ni escritor, ni artista, ni mago… solo es un hombre que ha sentido el dolor en primera persona y ha sido capaz de plasmarlo en una hoja en blanco. Pero no solo ha sido capaz de plasmar dolor, sino que, a bocajarro, a logrado verter amor, desamor, infidelidad, sinceridad absoluta, muerte, vida… todo en una historia que directamente me ha emocionado y golpeado con una fuerza que nunca podré olvidar.

Una pareja de publicitarios, guapos, con dinero, empresa propia, afincados en el centro de Amsterdam, con una niña acabada de nacer; todo marcha como en las novelas de Barbara Wood… y de repente a ella le diagnostican cáncer de mama. Su mundo se va al garete. Todo cambia. Ya nada volverá a ser como antes. El autor nos cuenta como poco a poco se va abandonando al egoísmo, las mujeres, las drogas, las fiestas… pero también como luego vuelve al redil, por su propio pie, vuelve a la familia, al hogar, a los abrazos de una mujer sin mamas, sin pelo, sin futuro y como al fin… todo termina con un largo abrazo.

La realidad es mucho más violenta que la ficción; ver la vida de una persona en la que nos reconocemos nos golpea mucho más que la vida imaginaria de cualquier otro. La realidad se convierte en una arma mortal para aquellos que todavía andan(mos) con la brújula moral algo descompensada

Este es uno de mis libros FAVORITOS. Lo leí en verano de 2008 y todavía hoy, cuando pienso en él, se me eriza el pelo por todo lo que me hizo sentir. Es un libro para convertir a alguien en mejor persona, es un libro para regalar a alguien que ha sufrido o que sufre, es un libro de amor y de dolor, de perversión y de sentimientos profundos. En definitiva es un libro para todos aquellos que todavía son capaces de sentir. Llegó a mis manos tras leer en la Contra de La Vanguardia una entrevista al autor y aquí os dejo un link donde descargaros el documento pdf de la misma entrevista. A nadie le dejará indiferente.

http://www.columnaedicions.cat/ca/impactes/entrevista-a-ray-kluun-a-la-contra-de-la-vanguardia_218.html

Albert Fabregat

lunes, 5 de abril de 2010

El coronel no tiene quien le escriba – Gabriel García Márquez


ED. Círculo de Lectores / Latimer 110 pág.


Gabriel García Márquez, Gabo, no necesita presentación pero no está de más recordar que ha sido ganador del Premio Nobel de Literatura y que en la actualidad sigue siendo uno de los novelistas más influyentes y respetados de todo el mundo. La obra que nos ocupa es la segunda que escribió en su ya casi inabarcable bibliografía, concretamente en el año 1961. Quizás me equivoque llamándole novela pues es más bien un relato de poca extensión y son los relatos cortos el género que más gusta a Gabo, a pesar de sus Cien años de soledad.

El coronel no tiene quien le escriba es una historia plana, sin altibajos ni giros argumentales, es una historia tediosa en la que no ocurre nada más que el propio devenir de los hechos y el paso del tiempo, pero refleja con atino el ánimo que embarga al coronel jubilado. Luchó en la guerra, dio la vida por su país y al terminar la batalla le prometieron una pensión, un sustento como recompensa a la sangre y el dolor vertidos en nombre de su país. Aislado con su mujer en un pueblo pesquero de una isla cercana a la capital, cada lunes se levanta por la mañana a primera hora y pasea por el muelle hasta el lugar donde amarra el barco del correo, cruza miradas cómplices con los vecinos, sonríe al cartero y siempre se lleva la misma respuesta; “No hay correo para usted coronel”.

El relato languidece al mismo tiempo que la mirada de ojos vivaces y las ilusiones del coronel en recibir por fin su pensión, nos adentramos en las dificultades de la vida diaria para un veterano de guerra ninguneado por su propio país, nada más humillante para un militar, que nunca pierde la esperanza en ese saco del correo, en el próximo lunes, en la lentitud de la burocracia… se aferra cual cangrejo a su presa a la ilusión de que algún día llegará. Se niega a caer en el foso del “nunca llegará” a pesar de que su vida cada vez es más dificultosa y pobre, los bienes de la casa son empeñados uno por uno llevándose con ellos retazos de la vida del coronel y su mujer.

¿Qué sucederá el lunes que viene? ¿Llegará la carta? No lo sé, pero apuesto a que el coronel estará frente al muelle, echando un vistazo rápido a la barcaza de correos que se aproxima mientras entrecierra los ojos por el sol y confía en no tener que vender ese cuadro que hay sobre la pared del descansillo

Albert Fabregat