lunes, 18 de octubre de 2010

Eugenie Grandet – Honoré de Balzac


ED. Proa // 222 pág.

Balzac necesita poca presentación. Autor que disfrutó en vida del éxito, fue el introductor del realismo en Francia. Balzac escribió un total de 150 novelas. Para él todas podían ser fusionadas en una única novela que él llamaba “la comedia humana”. Eugenie Grandet es su primer gran éxito literario.

La avaricia; inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. La codicia; afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas. Lo que sufre Félix Grandet, el padre de Eugenie, es avaricia. Es un jodido avaro. Controlador, obsesivo, retorcido y sin escrúpulos; es un auténtico hijo de puta. En cambio Eugenie es bella, sensible, simpática, joven pero sobretodo es rica, muy, muy rica. La novela nos muestra como Félix Grandet no duda en destruir las vidas que lo rodean, incluida la de su hija, por la sencilla razón de que nadie se despose con ella y él vea mermado su patrimonio.

Familias compuestas por padres y un pretendiente pueblan la mesa de los Grandet semana tras semana, en busca de la bella joven, pero también en busca de la inmensa fortuna que amasan. Pero el padre solo tiene ojos para su fortuna y Eugenie solo tiene ojos para Charles.

De final trágico, extraemos por encima de muchas otras una reflexión clara; la avaricia de los Grandet es inmensa, incontable. Pero lo es así mismo también la avaricia que mueve a los padres de los hijos a comerciar con ellos como si no fueran más que una forma de poder escalar socialmente. ¿Tuvieron hijos para beneficiarse de ellos? ¿Nunca pensaron que dar la vida a otra persona no te convierte en poseedor de tal?

Sencillamente brillante.

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