lunes, 26 de abril de 2010

Gasolina – Quim Monzó


ED. Anagrama Compactos nº485//184 páginas

Quim Monzó es uno de los grandes de la novela catalana y española. Con un estilo muy definido, una prosa ácida y rápida, un vocabulario y una profundidad léxica sin igual, sus relatos, historias o novelas son siempre divertidas, reflexivas y sobretodo claras, muy claras. Su trabajo de corrección y ortografía es tan profundo que repasa sus textos una y otra vez eliminando las palabras sobrantes y dejando un texto en forma de esqueleto donde no hay ninguna palabra de más.

Gasolina es genial desde el punto de vista artístico. El libro está separado en dos capítulos; el primero habla sobre Heribert, un pintor de éxito que despierta un primero de enero y siente que la perspectiva de la vida que tenía se ha deshecho, ya no ve la vida como la veía, sus ojos ya no se abren a la perspectiva de un mundo en el que veía motivos para crear en todos los lugares. Asistimos a la desartización de un artista, a la desaparición de un alma brillante en un cuerpo mediocre. El segundo capítulo amanece con otro pintor, más joven y talentoso, productivo y lleno de energía, cuya vida se divide en dos libretas que siempre lleva encima, en una apunta las cosas que serán convertidas en obra de arte al instante y en la otra las que habría que darle una vuelta para que también llegaran a serlo. Aquí podríamos decir que asistimos a una artistación del artista. Y como eje, como nexo, como enganche, como forma de unir ambas historias, como no podía ser de otra forma, una mujer. Una para dos. Dos para una. Inviable. Ellas siempre escogen… ¿porqué será?

Albert Fabregat

No hay comentarios:

Publicar un comentario