lunes, 22 de marzo de 2010

El poder del perro – Don Winslow


ED. Roja y Negra 717 pág.

Este enorme libro de 700 páginas ha sido de una lectura trepidante y muy adictiva. El autor, Don Winslow, ha vendido alguno de sus anteriores libros a Hollywood y concretamente el último antes de El poder del perro, lo ha adquirido Robert de Niro en su faceta de productor. Pero sin duda esta es su gran obra, su confirmación como autor firme y asentado. Como dice en la introducción Rodrigo Fresán ya solo nos queda esperar a que HBO compre los derechos para hacer una miniserie. Y así es, es material perfecto para los mejores guionistas de TV que existen en la actualidad (ya sabéis aquello de que si Shakespeare o Philip K. Dick estuvieran vivos trabajarían para HBO).

El libro abarca la lucha (y guerra) contra el narcotráfico de los últimos 30 años. A priori una empresa enorme, pero que solventa con maestría. Empieza en los años setenta con Art Keller, un agente de la CIA que tras la guerra de Vietnam abandona la compañía para entrar a formar parte de la recién creada DEA, él será el eje vertebrador de la historia. Su lucha contra el narcotráfico mejicano se convierte en su vida, primero como agente destacado en Sinaloa y más tarde y tras sucesivos éxitos y subidas en el organigrama de la DEA, para terminar siendo conocido como el Sr. De la Frontera. Paralelamente se nos cuenta la historia de la familia mejicana de los Barrera; primero Tío, el gran patriarca, y tras su detención por parte de Keller, de sus dos sobrinos Raúl y Adán. Serán estos últimos los que convertirán el tradicional pasador mejicano en una organización multinacional conectada con Colombia, Venezuela, las FARC, los chinos… Otros personajes cuentan con su propia mini historia en esta novela; el padre Juan (más tarde Cardenal), una puta de alto standing llamada Nora y un joven de barrio marginal (Hell’s Kitchen en NY) que terminara como pistolero y asesino a sueldo.

La persecución se tornará cada vez más y más personal hasta llegar al punto de que los Barrera cometerán un error de cálculo y asesinarán un compañero de Art. Eso desembocará en una obsesión para Art, que ya no dejara títere con cabeza en esta guerra desigual entre los “miles de millones” de los narcos y los “millones” de la DEA.

Todo es desmesurado; las cantidades de dinero, las cantidades de droga, los políticos implicados, las organizaciones corruptas, las torturas, las muertes, la indiferencia, el aislamiento, la soledad… tanta sangre derramada por unos kilos de amapola o de coca hacen que no puedas evitar pensar que pasaría si todo este negocio se legalizara; ¿acabarían las mafias? ¿Las muertes? ¿Toda esta basura que habita entre nosotros como se ganaría la vida? Los gobiernos podrían destinar todos los millones gastados en la lucha contra el narcotráfico en sanidad o educación...

Por si acaso pondré una vela al santo Malverde, patrón de los narcos, no vaya a ser que ahora alguien crea que yo estoy con Keller.

Albert Fabregat

miércoles, 17 de marzo de 2010

El placer del viajero – Ian McEwan


ED. Anagrama Compactos nº 262 142 pág.

Cuando se oye hablar de Ian McEwan lo primero (y en ocasiones lo único) que viene a la mente es su cinematográfica novela Expiación, cuando su obra es tremendamente extensa y de calidad. McEwan es un novelista brillante, de la última generación de oro norteamericana, cuyas obras se basan en las relaciones que se establecen entre las personas, habitualmente entre hombre y mujer, como la mencionada Expiación, Chesil Beach o la que nos ocupa en esta ocasión.

En El placer del viajero conocemos una pareja, Colin y Mary, que llevan ya cinco años en pareja y que deciden dejar los dos hijos de Mary con su exmarido e irse de vacaciones a Venecia para disfrutar y reavivar un poco el romanticismo (perdido quizás por el cansancio que supone la convivencia con hijos). Tras unos días en la ciudad del amor van recuperando poco a poco la espontaneidad, el placer en las relaciones sexuales, en la conversación, en el silencio… Asistimos al renacer de una pareja, acomodada en la monotonía y lo hacemos de la mano de un McEwan experto en trazar mapas emocionales difusos y cambiantes.

Se cruzarán en sus paseos turísticos Robert y Caroline, una excesivamente afable pareja que nos encenderá todas las alarmas pues algo extraño emanará de ellos, tanto de Robert con su elegancia diplomática, como Caroline, con sus dificultades para andar y esos ojos vagos que no permiten saber en que está pensando. La opresión en el relato es latente pues la misma ciudad de Venecia transmite abandono, siniestralidad, antigüedad… Algo extraño va a suceder y solo lo hará cuando McEwan haya torturado suficientemente tus emociones, cuando el sofoco sea insufrible y la sensación de vulnerabilidad asfixie el aire.

Albert Fabregat

viernes, 12 de marzo de 2010

Burlando a la parca – Josh Bazell


ED. Círculo de Lectores / Anagrama 312 pág.

Si colocamos en una batidora al Dr.House, a Tony Soprano y a Don Draper obtendríamos un cóctel alcohólico, de profundos matices de sabiduría, leves toques de violencia, ráfagas de bicodina y una pizca de arte para con las mujeres, al que llamaríamos Brown, Peter Brown. El protagonista de esta historia. La novela fue editada el año 2009 y es la primera obra que publica el autor y no se pueden obviar los cantos de sirena que anuncian que Leonardo diCaprio interpretará el papel principal en la muy próxima adaptación al cine.

Peter Brown es el nombre que recibe ahora tras abandonar su pasado y pasar por Protección de Testigos. En el pasado fue Pietro Brnwa, ahijado de una de las familias mafiosas italianas más importantes de Norteamérica. Creció en un barrio marcado por la violencia, la inseguridad y el poder mafioso, la muerte de sus abuelos, que fueron quienes le criaron, le llevan a subir peldaño tras peldaño en la organización en busca de los autores de la matanza. Una vez calmada su sed de venganza descubre que esa sed no se apaga, sigue sediento.

En este thriller se entremezclan los ingredientes adecuados de todo best-seller pero se hace con técnicas más ácidas y violentas. Las situaciones son extremas y la frialdad con la que nos las cuenta el autor son únicas. No recomendaría el libro a aquellas personas que no lleven bien meterse en un quirófano, pues tras ver el estado en que opera Brown; colocado hasta arriba de moxifane y con varios días sin dormir a la espalda, puede que ya nunca quiera volver a entrar en uno de ellos. Las manos que introduce en tu estómago para extirparte un coágulo de sangre eran las mismas que diez minutos antes picaban un bicodine sobre la mesa y lo mezclaban con el agua. Aterrador. Pero de prosa estimulante. La historia se complica cuando alguien a quien nunca debería haber vuelto a encontrarse aparece sobre la mesa de operaciones. ¿Ética o Venganza?

Ya solo nos queda por saber si será Martin Scorsese el director.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La Biblia de Neón – John Kennedy Toole


ED. Anagrama Compactos nº 225

Toole solo escribió dos novelas y no vio publicarse ninguna de las dos. A la edad de 31 años sacó el coche del garaje, condujo hasta un lugar apartado, colocó un extremo de la manguera en el tubo de escape y el otro extremo en la ventanilla delantera del coche y esperó. Esperó a la muerte. Hasta que llegó. Tan solo el empeño de su madre, tras la muerte de su hijo, hizo posible que ahora podamos disfrutar de sus novelas. La que le granjeó el éxito mundial y un Premio Pulitzer póstumo fue La conjura de los necios. A raíz de ello, se publicó su primera novela La Biblia de Neón que escribió a la edad de 16 años (16 AÑOS!!).
David, el protagonista, es un adolescente americano del Sur, una Biblia de neón ilumina el cielo del pueblo que el observa noche tras noche. David es un chico con vida de hombre; vive en una casa que se cae a trozos en lo alto de una montaña, cada día debe caminar un buen trecho hasta llegar al colegio y los días de lluvia llega completamente embarrado. Su padre, tras perder el trabajo, empieza a beber y termina por irse a combatir a la Segunda Guerra Mundial. La madre de David ya nunca será la misma tras el recibir el telegrama de defunción enviado por el Tío Sam. David tampoco.
Su primera pelea, su primer beso, su primera noche de mítines evangélicos de la mano de un famoso predicador al que su gira le ha llevado hasta el remoto pueblo de David. Una vida triste, rural, sencilla, donde David lucha por sonreír, por seguir siendo un niño envuelto en los problemas de los adultos. El final es de genio; el mismísimo Paul Haggis no hubiera podido terminar mejor el argumento.
Un desenlace maravilloso para un cuento pausado, la esencia reside en imaginar a David como el alter ego de Toole, pues rezuma carácter biográfico por todos costados.
Tras leer las dos novelas de Toole inevitablemente disculpamos al genio por su suicidio. Sus novelas son frescos de la sociedad que habitaba en Nueva Orleans, sus personajes tienen algo de kafkiano y quijotesco. Así pues La Biblia de Neón se convierte en el embrión de ese héroe kafkiano que deslumbró al mundo en La conjura de los necios y que nadie que desee descubrir la maravillosa historia de Ignatius Reilly debería perderse.

Albert Fabregat